Para la clase del 5 de Octubre, se encomienda la lectura de dos textos:
a) Las páginas introductorias de "Lógica, Proposición y Norma", de los profesores argentinos Guibourg, Echave y Urquijo, que se encuentran reproducidas en esta misma entrada; y, 
b) El Capítulo I de "Las razones del Derecho" de Manuel Atienza, específicamente desde la página 8 hasta la 16 del libro (tomar en cuenta la numeración impresa, no la numeración del archivo pdf).
Saludos,
JBM
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INTRODUCCION
1. ¿Lógica? Sí, lógica
Quejarnos porque la cuenta del restaurante es alta no nos dará ningún  resultado: no lograremos convencer al mozo y pasaremos por mezquinos.  Pero si encontramos algún error en la suma provocaremos una consulta y  obtendremos, junto con la enmienda, las correspondientes excusas: tal es  el poder de la aritmética, que ni los comerciantes se atreven contra  ella. Y la aritmética no es una invención diabólica, ni el arma secreta  de la administración impositiva: es, simplemente, un sistema teórico que  reconstruye, en abstracto, las relaciones que todos aceptamos entre las  cantidades concretas. Dos más dos es igual a cuatro en cualquier tiempo  y lugar, se trate de dólares, camellos o vueltas en carrusel; y el  conjunto de las relaciones de este tipo, reunidas en una teoría  matemática universalmente admitida, nos permite verificar formalmente la  exactitud de cualquier cálculo. 
Lo mismo ocurre con la lógica. Si alguien nos endilga un largo discurso  sobre un tema que ignoramos, nos será difícil formarnos una idea sobre  la verdad o la falsedad de cada una de sus afirmaciones; pero si entre  ellas hay dos que resulten contradictorias entre sí, no necesitaremos  averiguar más para saber que en esa cháchara hay algo que no funciona  bien. Al razonar de este modo habremos utilizado un sistema teórico -la  lógica- que recopila, generaliza, abstrae y reconstruye en fórmulas las  relaciones aceptables entre las proposiciones, aun con total  prescindencia de su contenido: es decir, de modo completamente formal. 
En otras palabras, la lógica es un sistema que -entre otras cosas-  permite verificar la corrección de los razonamientos. ¿Qué es esto de la  corrección de los razonamientos? Lo entenderemos mejor a través de  algunos ejemplos. 
Ejemplo 1: Toda música se compone de sonidos. El tango es música. Por lo tanto, el tango se compone de sonidos. 
Ejemplo 2: Como el cielo es azul y las nubes son blancas, me siento alegre y optimista. 
Ejemplo 3: Como todas las cucarachas tienen alas y yo soy una cucaracha, yo tengo alas. 
A primera vista los dos primeros ejemplos parecen muy "razonables", en  tanto el tercero parece ridículo. Pero si nos quedamos con esta  impresión no iremos muy lejos en nuestra capacidad de raciocinio y  seremos fácilmente engañados por una retórica falaz. Examinemos los  ejemplos uno por uno, con más cuidado. 
El ejemplo l propone dos premisas y una conclusión. Y cualquiera que lo  lea advertirá que la conclusión es una consecuencia necesaria de las  premisas. En efecto, podemos no saber gran cosa de música, y podemos  ignorar por completo la existencia del tango; pero si nos informan que  la música se compone de sonidos y que el tango es una forma de música,  en esos datos se encuentra contenido, implícitamente, el resultado que  aquel razonamiento hace explicito: que el tango se compone de sonidos.
El ejemplo 2 también contiene dos premisas y una conclusión, pero esta  no se desprende necesariamente de aquellas. Puede ocurrir, por cierto,  que una persona de talante contemplativo se sienta impulsada a un  irresistible optimismo por la mera comprobación del color del cielo y de  las nubes; pero también sucede que a veces uno tiene un dolor de  muelas, y entonces el cielo y las nubes carecen de toda eficacia como  talismanes de buen humor. Y aquí aparece -entonces- un importante dato  sobre la lógica: una deducción valida no es la que eventualmente lleva a  un resultado verdadero, sino la que necesariamente lleva a un resultado  verdadero siempre que las premisas también lo sean.
Esto podrá comprenderse mejor a partir del ejemplo 3 que, contra lo que  podría suponerse a primera vista, es absolutamente válido. No, por  cierto, porque quienes esto escriben hayan sufrido alguna metamorfosis  kafkiana y se dediquen a revolotear por las cocinas, sino porque la  conclusión se desprende necesariamente de las premisas. En efecto, si  fuera verdad que todas las cucarachas tienen alas, y si fuera exacto que  yo pertenezco a tan poco apreciada especie, entonces también seria  cierto que tengo alas. Nótese que no existe otra posibilidad lógica: si  yo no tengo alas no puedo ser una cucaracha (porque hemos supuesto que  todas las
cucarachas las tienen); y si no tengo alas y a pesar de eso sigo siendo  una cucaracha, entonces no puede ser verdad la hipótesis general sobre  el vuelo cucarachil. De modo que el ejemplo 3 es una deducción correcta,  a pesar de que tanto sus premisas como su conclusión son obviamente  falsas. 
Claro está que aquí puede surgir una reflexión escéptica: si la lógica  aprueba un razonamiento según el cual todas las cucarachas tienen alas y  yo soy una cucaracha alada, también podría aprobar que los chanchos  escriben poemas, y que la inflación no existe, y que la luna es una bola  de queso Gruyere. Entonces ¿Para qué sirve la lógica, si no permite  distinguir lo verdadero de lo falso? Esto vale tanto como preguntar para  qué sirve la televisión, si los programas son tan malos. Si el  espectáculo no nos gusta, haremos bien en apagar el receptor, pues no  obtendremos de él mayor utilidad. Pero el día que haya un programa bueno  ¿Cómo haremos para verlo sin un aparato que funcione adecuadamente? 
Del mismo modo, exigir a la lógica que nos enseñe lo verdadero y lo  falso es injusto: lo que no han logrado hacer todavía la ciencia y la  filosofía no puede conseguirse del mero razonamiento, que es solo una  herramienta intelectual, y no la fuente de la verdad. Si partimos de  premisas falsas, ninguna seguridad tendremos de llegar a conclusiones  verdaderas (si lo hacemos, será por casualidad). Pero, si tenemos la  fortuna de hallar premisas verdaderas para alimentar el razonamiento,  este nos proporcionará nuevas y relucientes afirmaciones, tan verdaderas  como aquellas de las que partimos. 
Es que la lógica, pese a su utilidad, no es omnipotente. Recordemos el  ejemplo del principio: el de la cuenta del restaurante. La aritmética no  puede evitar que nos cobren por algún plato más de lo que vale (de otro  modo existiría gran demanda de textos sobre matemáticas); pero ya es  algo que nos permite controlar la suma para ver si también ahí alguien  pretende quedarse con nuestro dinero.
2. Lógica y bloqueo mental, o el valor de la sonrisa
"Claro, lógico", solemos decir (no siempre con propiedad) cuando oímos  una afirmación que nos parece sencilla y plausible. Pero cuando el  adjetivo se vuelve sustantivo y nos hablan de la Lógica, la imaginamos  con una L mayúscula, alta como un muro en el que nuestra capacidad de  comprender se estrellara irremediablemente. 
Por supuesto, esta predicción casi siempre se confirma. Con ella ocurre  lo mismo que con los rumores de la Bolsa: si hacemos correr la voz de  que determinada acción va a subir, la gente lo cree, la demanda aumenta y  el precio efectivamente sube. De idéntico modo, nuestra concepción de  la lógica como un instrumento de tortura (imagen semejante a la que  solemos tener de las matemáticas) tiende a crear un bloqueo mental que a  menudo no nos permite siquiera averiguar si hay algo de cierto detrás  de aquella idea.
Lo primero que debe advertirse es que la lógica no es un pasatiempo para  chiflados ociosos. Tiene aplicación práctica, y está mucho más cerca de  nuestra experiencia cotidiana de lo que suele suponerse. Todos sabemos  algo de lógica y la usamos constantemente; pero, como el burgués  gentilhombre de Moliere, que hablaba en prosa sin saberlo, estamos tan  habituados a ella que no sabemos verla. Si juegan Boca Juniors y River  Plate y nos informan que uno de ellos gano, automáticamente tenemos la  certeza de que el otro perdió. Si extraviamos algo junto al Obelisco, no  se nos ocurre ir a buscarlo a la sombra de la Torre de los Ingleses. Y,  puestos a comprar una ficha para hablar por teléfono, esperamos que el  cajero nos la de o nos la niegue, pero nos sentimos burlados si nos  contesta: "todavía me quedan algunas, pero se me terminaron”. 
Todas estas actitudes son aplicaciones de leyes lógicas antiguas y muy  conocidas, pero que tienen sonoros nombres en latín y se disfrazan con  cierto empaque académico cada vez que un texto de lógica nos las  propina.
La receta para encarar satisfactoriamente el estudio de la lógica  incluye, pues, dos remedios, que deben administrarse en forma conjunta.  El primero consiste en advertir la importancia de la lógica como  exposición de un sistema explicito que nos permite ordenar, controlar y  -en caso necesario- reformular la enorme cantidad de razonamientos que  de todos modos desarrollamos cada día. Y el segundo, no dejarnos  intimidar y tomar la lógica con calma, con buena voluntad y -si es  posible- con una pizca de sentido del humor. Si conseguimos  pertrecharnos de este modo estaremos en condiciones de adquirir, sin  grave desgarramiento afectivo, un instrumento de valor inestimable. Pero  para lograr este resultado es indispensable aceptar el desafío  intelectual que la lógica nos propone y jamás, por ningún motivo,  murmurar para nosotros "esto no lo voy a entender nunca".
3. De que se trata, o a que vamos a jugar
Formuladas las advertencias preliminares, correspondería mostrar ahora  las características concretas del estudio que nos proponemos emprender.  Pero no es fácil hacer esto con la lógica, que es un sistema de  relaciones abstractas; y enumerar los problemas que están o han estado  incluidos bajo este título llevaría a una exposición histórica bastante  larga: en veinticinco siglos de desarrollo, la lógica occidental ha  recorrido un camino largo y muy variado. Para nuestros fines bastara  decir que la lógica busca formular y sistematizar las relaciones  admisibles entre las proposiciones, y se preocupa por establecer métodos  para decidir si una proposición se desprende o no de otras a través de  un razonamiento válido.
Aristóteles trató de cumplir esta tarea a través del mismo lenguaje que  usamos todos los días (llamado lenguaje natural), al que incorporó  vocablos especialmente definidos y aun ciertos símbolos abstractos  (letras como A o B, por ejemplo, para representar la estructura de una  proposición con sujeto y predicado). Aristóteles emprendió así,  probablemente, el primer estudio sistemático de la lógica formal; y puso  en ello tanto genio que aun hoy sus obras sobre el tema se leen con  admiración. El mismo camino siguieron los que vinieron después, y se  prolongo a través de la Edad Media y del Renacimiento. Pero en ocasiones  el intento chocaba con ciertas dificultades, a pesar del gran  desarrollo alcanzado por la lógica aristotélica y medieval; el lenguaje  natural contiene una grande y en buena medida inevitable dosis de  imprecisión (vaguedad, ambigüedad y otras intoxicaciones semánticas), de  modo que, por muy riguroso que fuera el propósito de establecer  relaciones unívocas, siempre existía el riesgo de interpretaciones  diversas y de aparición de seudoproblemas bajo la forma de disputas  verbales. Aparte de esto el lenguaje natural está compuesto por palabras  que se supone tienen significados concretos; y esta presencia constante  de los contenidos semánticos tiende a oscurecer la diferencia entre  distintos tipos de demostración: "todas las madres tienen sexo  femenino", por ejemplo, es verdadera por razones semánticas, ya que la  femineidad es característica definitoria de "madre"; pero "si llueve y  hace frio, llueve" puede demostrarse sin recurso alguno al significado  de las palabras "llueve" ni "hace frio", ya que su verdad resulta  directamente de la estructura lógica de la proposición. Esta  demostración, así como otros desarrollos modernos de la lógica,  corresponde a una etapa en que quedó superado en gran medida el uso del  lenguaje natural.
Esta etapa comenzó con Leibniz (l646-l7l6), pero se desarrollo a lo  largo del siglo XIX en los trabajos de De Morgan (l806-l876), Boole  (l8l5- l864), Frege (l848-l925) y Peano (l858-l932) entre otros, hasta  quedar firmemente establecida a principios del siglo XX, cuando Russell y  Whitehead publicaron su obra “Principia Mathematica” (l9l0- l9l3).  Estos autores aplicaron a la lógica un formidable instrumento  proveniente de las matemáticas, campo donde ya había demostrado su  utilidad. Este instrumento es el lenguaje formal, en el que símbolos  convencionales, distintos de las palabras que conocemos y definidos con  rigurosa precisión, según la función que cumplan, pueden combinarse  entre sí a través de reglas deliberadamente construidas. Este nuevo  desarrollo recibió distintos nombres, que pretendían diferenciarlo de la  lógica tradicional: "lógica matemática", "lógica simbólica". Algunos lo  llaman "lógica formal", a pesar del carácter relevantemente formal del  análisis aristotélico. Pero, a medida que pasa el tiempo y la gente se  habitúa al manejo de los símbolos (a lo que contribuye mucho el  aprendizaje de la teoría de conjuntos en las escuelas), la importancia  de estas denominaciones disminuye y todo empieza a llamarse, pura y  simplemente, lógica. Esta evolución es conceptualmente importante,  porque ayuda a señalar que la nueva lógica no se opone a la antigua,  sino que la complementa, la enmarca, en parte la corrige y en buena  medida la supera, sin que por ello Aristóteles deba bajar de su  pedestal.
(Extracto del Capítulo I de "Lógica, Proposición y Norma". Autores:  Ricardo A. Guibourg, Delia T. Echave y María E. Urquijo. Editorial  Astrea, Buenos Aires, 2008)
martes, 28 de septiembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Explicación y Justificación en un caso difícil
Para la siguiente clase (Martes 28 de Septiembre) vamos a organizar un conversatorio  sobre el análisis de un caso jurídico difícil: la  huelga de hambre de un grupo carcelario y la decisión de alimentarlos  forzosamente. Ello, a propósito de seguir abordando -más intensamente-  la distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de  justificación (entre explicar y justificar). Intentaremos que los propios alumnos sean quienes formulen cada una de las posiciones encontradas en el mencionado caso.
Imprescindible la lectura del paper del profesor Manuel Atienza, disponible aquí
P.D.: Para los que deseen informarse más sobre el historial del grupo terrorista de la lectura,click acá
  
Imprescindible la lectura del paper del profesor Manuel Atienza, disponible aquí
P.D.: Para los que deseen informarse más sobre el historial del grupo terrorista de la lectura,click acá
P.D.2: Por favor, no dejen para última hora la lectura; son 18 páginas.
Saludos, 
JBM
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Lecturas de Manuel Atienza
Para la siguiente clase (Martes 21 de Septiembre) estaremos tomando como base  las lecciones del profesor Manuel Atienza, Catedrático de Filosofía del Derecho de la  Universidad de Alicante. Concretamente:
1) Un fragmento del Capítulo 1 del libro "El Derecho como argumentación", específicamente el apartado II: "Factores que explican el fenómeno" (el auge de la argumentación jurídica). Desde la página 8 hasta la página 15 del documento (no de la numeración de Acrobat) 
2) El inicio del capítulo 9 de la obra "El Sentido del Derecho", lo que equivale a las cuatro primeras páginas de este paper que es muy similar.
Nota: los enlaces web están insertos en la parte resaltada con hipervínculos.
Saludos,
JBM
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Nuevo Curso de Argumentación Jurídica - Segundo Semestre 2010
Iniciamos este nuevo curso encomendando a los estudiantes que, para el día Martes 14 de Septiembre de 2010, tengan en cuenta la siguiente  lectura, autoría del profesor español Juan Antonio García Amado.  Estaremos comentándola en la siguiente clase.
 
Teoría de la argumentación jurídica para dummies Por: Juan Antonio García Amado
http://garciamado.blogspot.com/2008/02/teora-de-la-argumentacin-jurdica-para.html
Teoría de la argumentación jurídica para dummies Por: Juan Antonio García Amado
http://garciamado.blogspot.com/2008/02/teora-de-la-argumentacin-jurdica-para.html
Recuerden también el trabajo de investigación sobre las exposiciones de motivos de cualquier Reglamento.
Saludos,
JBM
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